Rotassa es nombre de mujer.
En el punto de encuentro, y como viene siendo habitual en las salidas por Esporles, a los BaixFort propiamente dichos se nos han agregado otros bikers (todos eléctricos) de la peña de Bruno. Con unos minutos de retraso y con la baja de Miquel aka La noche me confunde, hemos empezado a rodar hacia Mirant de Mar via Camí des Pescadors, que como hemos podido comprobar está mucho más liso en la parte técnica y donde algunos ya tiraban como si no hubiera un mañana.
Foto de grupo (desperdigado) en Mirant de Mar y nos lanzamos trialera abajo para enlazar con el asfalto. Luego subimos un pequeño tramo del público y polémico camí des Rafal de Planici (abierto a senderistas y tráfico rodado pero absurdamente no a bicicletas...) hasta girar a mano izquierda y, tras un tramo verdaderamente exigente perteneciente también a Sa Cimentera, empalmar con el Correu.
Y ya en el Correu empezaba el primer plato fuerte del día, la subida por el Comellar de Ses Rotasses. Una subida de pinyol vermell con una pendiente media de entorno al 15% que no da respiro y que, eso sí, discurre por un magnífico y precioso encinar casi virgen que nos ha dejado a algunos a los pies del geodésico de la imponente Mola de Planici. Y digo a algunos porque otros (eléctricos) han seguido algo más allá.
Tras un rato de avituallamiento, ponernos las protecciones y charla sobre el desfase del sistema educativo y eyaculaciones de paquidermos, hemos dado media vuelta para afrontar la razón de ser de todo lo que habíamos hecho hasta el momento: bajar Ses Rotasses, sa Cimentera y la Branson del tirón hasta casi el mismo Port des Canonge. Es decir, desde una cota de unos 800 metros hasta casi el nivel del mar.
En lo personal buena bajada por Ses Rotasses, mejor en la segunda parte que en la primera donde la trazada es algo más difusa. Y mejor todavía en la Cimentera, aunque el salto doble todavía se me resiste.
Reagrupamos en la carretera con sonrisas y caras de satisfacción por parte de todos, sobretodo de los que venían de más arriba, y pasando por un túnel algo traidor (y si no que le pregunten a Rody) por debajo de la carretera hacemos el enlace de la Branson. Enlace en el que hemos perdido a Enric, aunque viendo el percal de la posterior subida quizás tampoco le ha sentado tan mal...
Bajamos la Branson dispersos. A la cola quien escribe y Rody (le gusta la cola al cabrón) pero nos hemos encontrado a Xouanar con su bro el Maxi reparando un pinchazo en la rueda trasera de la Yeti de éste último. Hecho lo cual hemos proseguido y en el segundo tobogán cada uno ha hecho lo que ha podido y Maxi lo que ha querido.
Mini reagrupamiento a la salida de Son Coll y nos preparamos para la subida apestosa de asfalto hasta la carretera de Banyalbufar. El acumulado anterior, sobre todo por lo exigente del trazado, hacía mella en las piernas de los musculares lo que inevitablemente lleva aparejado las burlas de los eléctricos que aprovechan para marcarse un metralleta: hablar de sus mierdas cuando el otro no puede ni pensar.
Llegada a la carretera y se decide ir a bajar por Pescadors, menos Maxi que tiende a hacer el moñas y con el rollo de seguir para no enfriarse se ha ido solo hasta los coches. Los demás hemos llegado al poco, reencontrándonos con Enric y cual ha sido nuestra sorpresa al ver que Miquel, quien puede oler la cerveza a kilómetros cual oso polar a una hembra en celo, ha aparecido para participar de la bacanal de litronas y patatillas en las mesas de picnic de la gasolinera.
Y poco más. Rutón exigente, buen rollo entre buena gente y ningún incidente de importancia. ¿Qué más se puede pedir?
Salut i pedals! 🤘🏼
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