Es Rafals.

Encuentro semanal en el Altura de Lloseta para tomar café antes de empezar a rodar y también para otros menesteres más malolientes. A las 8 y sabedores de que hoy tocaba ruta con final feliz en el Quincho para celebrar las 54 castañas de Xisco, hemos empezado a rodar tan pronto como Serafín ha podido desandar el camino desde Inca...

Si hay veces que la ruta es una incógnita debido a la falta de información ofrecida por el sherpa, tan parco en explicaciones como pródigo en imprecaciones y exabruptos, lo de hoy ha sido un paso más allá porque ni él tenida una idea clara de qué cojones íbamos a hacer.

Diré que empezamos a rodar por el Camí de Ses Comes dirección el merendero de al lado del campo de fútbol con un viento en contra muy desagradable, y que una vez ahí nos metimos en la garriga por el senderito nuevo del Jose. Y precisamente el Jose tuvo problemas mecánicos que pudo arreglar con la inestimable ayuda de Miquel mientras los demás observábamos el protegecambios made in Luigi.

Solventado el asunto pasamos por la ermita, que es por donde pasamos para ir al Puig, pero esta vez no íbamos al Puig sino que después del  tramo tocapelotas hemos bajado por la pista y tras saltar el botador hemos rodado hacia la cantera para ir por el camí de Sa Mina hasta Mancor con la grata noticia de que el viento progresivamente amainaba.

Una vez en Mancor se ha decidido intentar subir hasta Es Rafals entrando por el Massanella hasta Can Bajoca, y si se podía sin apoquinar el impuesto revolucionario pues mejor. Pero no solo sí estaba el guarda, sino que nos ha contado que no podía asegurar que el camino estuviese transitable puesto que desde ses cases des bosc hasta el Coll de Mancor solamente habían podido limpiar uno de los cuatro kilómetros de pinos y encinas que obstruyen la pista. Y siendo así la cosa era tan esperable encontrar lo mismo en la otra pista que no quiso acceder a dejarnos pasar para intentar nuestro itinerario.

Resignados por culpa de Juliette, que además de una tormenta se ha convertido en un pesadilla que tardaremos en olvidar, hemos deshecho nuestros pasos (es un decir...) para meternos de lleno en Mancor y subiendo por la calle del campo de fútbol enfilar por asfalto la subida hasta Es Rafals por el camino llamado, con buen criterio la verdad, Camí des Rafals. Subida a la que hemos tenido que aplicarnos en serio para superar con dignidad y llegar allende las casas hasta la fuente.

Una vez en la fuente la intención era seguir hasta Biniarroi, y aquí de nuevo Juliette nos ha molestado aunque no desviado. Primero por el tramo final de la pista de Els Rafals, teniendo que sortear dos encinas de grandes dimensiones cortando el paso en un tramo de fuerte pendiente a los lados; y después de la rejilla con algunas ramas que hemos podido quitar y/o cortar para dejar el paso libre en ese sector del Puig de Suro.

Una vez en las casas de Biniarroi nos queda la divertida trialera en la que había una rama algo molesta al inicio y que Xouanar ha intentado cortar, pero finalmente la crudeza de lo salvaje se ha impuesto a la pericia del ingeniero y ahí sigue la rama y sus pinchos como símbolo de la superioridad de la Pachamama sobre el intelecto humano.

Bajada rápida, solo interrumpida por un pichazo de no sé quién y una vez en Mancor decidimos volver hacia Biniamar por Biniatzent, por un nuevo senderito descubierto por Jose que nos deja en el Camí Llarg, cerca de la Comuna de Biniamar. Dit i fet ahí llegamos y no queda más que hacer el senderito que nos deja en la barrera del Camí del Puig cerca del campo de fútbol y hacer el senderito inicial de hoy en sentido contrario. Luego dirección Altura por el merendero y Camí de ses Comes a la inversa.

Hoy ha habido bajas a la hora de tomarse una birra puesto que algunos han ido directamente al Quincho para beber, pero Miquel, Jose, Serafín, Jaume y Xouanar hemos cumplido con la tradición antes de ir para allá y hemos brindado con unas merecidas birras el haber podido acabar con éxito y sin contratiempos una ruta semimprovisada con más algún que otro problemilla de paso.
Lo que ha pasado en el Quincho ya daría para una crónica de otro tipo. Solamente agradecer a Xisco por la comida, a Maxi por ser el anfitrión y a todos por las risas y el buen rollo. Molts d'anys i bons, Xisco!

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