Una de las del Capitán Pinturas.
Una vez congregados en la entrada del pueblo callejeamos hasta la subida de Font Garrover (curioso nombre por cierto para un sitio lleno a rebentar de olivos) en donde los chalecos contra el frío empezaban ya a sobrar. El día se presentaba hermoso y aunque fresco, el frío brillaba por su ausencia.
Llegada a ritmos dispares al portillo de la finca de Biniatzent con la primera sorpresa del día: está cerrado a cal y canto. Pero como somos un grupo que no destaca por su agudeza visual, no vimos ni el cartel de 50x50 ni la rejilla de tres metros y nos encontramos sin quererlo dentro de la finca. Descendimos por el senderito que lleva a la pista principal y ahí nos encontramos habiendo superado sin quererlo otra barrera por un paso lateral. Y de ahí a otra. La verdad es que para cuando quisimos darnos cuenta estábamos cruzando la finca por delante de las casas y, claro, no era cuestión de volver atrás, por lo que buscamos una salida digna. Salida que unos encontramos en la puerta principal y otros... pues los otros a la aventura.
Reunidos de nuevo en el merendero cerca de la embotelladora de la Font Sorda, donde el Capitán dió muestra de su don de gentes, enfilamos hacia Son Ordines, inicio de la excursión hacia Tossals y muy concurrido. Con todas las restricciones actuales por el Covid pues la gente se echa al monte y, claro, cuanto más cerca se pueda aparcar y menos se camine pues mejor. Subimos a buen ritmo hacia el refugio de Tossals y ahí hacemos un alto para refrigerio general donde el Pinturas ha sacado unas fotos a un grupo de chicas que parecían haber dormido en el refugio. Esperemos que no les haya cortado las cabezas...
Emprendemos la subida por el GR con la Santa Cruz Acordeón en cabeza hasta el desvío de Pinetons. Ahí emprendemos la bajada por una sendita con piedrecitas ocultas bajo un tupido manto de càrritx, lo que ha llevado a superar el tramo con caras de satisfacción dispares: unos no han descabalgado en absoluto, mientras que otros no hemos puesto pie en los pedales.
Una vez en el camino que lleva hacia Can Bajoca hemos girado a la derecha para ir hacia Es Rafals y bordear es Puig de Suro, enlazando con la bajada hacia Mancor que pasa por Biniarroi, finca perpetuamente en venta. La idea original de la ruta era cruzar por delante de Can Bajoca y subir por Sa Jonqueta, pero como hoy debía ser la comida de fin de año BaixFort la idea se replanteó, aunque al final por el puta virus no ha habido ni ruta completa (para alegría de muchos, la verdad...) ni comida (muy a pesar de todos).
Y poco más: llegada a Mancor deshaciendo parte del camino inicial y cervezas de rigor en las furgos.
Un sábado más buen rollo y MTB. Nos queda todavía la de fin de año, y entonces tocan los propósitos de Año Nuevo. En la mayoría de casos fácil de resumir: más cerveza y MTB, supongo...
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