Bàlitx.

Concentración BaixFort (con distancia de seguridad, por supuesto) a las 8 en la rotonda de la gasolinera de Sóller. La intención era hacer los Bàlitxos, subir el coll de Biniamar y vuelta atrás. Rutón de los que hacen afición y que además era novedad para quien escribe, así que vamos a por la crónica.
Tras los saludos pertinentes y la repartición de churros por parte del Xisco, empezamos a callejear (mal) por el laberinto que es Sóller buscando la subida hacia la capilla modernista de Santa Maria del Olivar. Subida perfecta para calentar hasta el cruce con la Ma-10, muy transitada últimamente para ir a la nieve.

En el cruce lo que hemos visto es que un perro con zapatilla en la boca nos había seguido durante buena parte de la subida. Para evitar su más que probable atropello (y acumular buen karma para ver si nos toca la lotería) hemos llamado al número que llevaba en la placa del collar.

Reagrupados todos nosotros y también el chucho con su dueño hemos continuado para arriba ahora ya buscando la pista del Mirador de ses Barques. Llegados ahí hemos seguido por el Camí Vell de Bàlitx y disfrutado de la bajada hasta Bàlitx d'Avall por el camino empedrado. Camino revirado y que con la humedad patinaba de lo lindo, pero que nos ha dejado al final con una sonrisa de oreja a oreja y al Rodi con un pinchazo en la rueda trasera. Sonrisa que se nos iba a borrar al cabo de poco tiempo por el esfuerzo que teníamos por delante.

Llegados a Bàlitx d'Avall hemos cruzado el Torrent de na Mora e iniciado el ascenso hacia el Coll de Biniamar. Una subida dura no solamente por la pendiente sino por lo roto del suelo. En gran parte no perdona salirse de la trazada ni dar una pedalada más brusca que la otra para traccionar bien. Aún así las sensaciones generales han sido buenas y hemos subido con unos pocos pies, excepto el Mati y el Rodi que han decidido esperarnos en el cruce del camino viejo.
Tras un breve pero necesario receso, hemos inciado el descenso primero por la pista y luego (la mayoría de nosotros) por el empedrado camí vell. Todo un reto a la técnica de cada uno y a las suspensiones de las bicis que cada cual ha superado de la mejor manera que ha podido, aunque el disfrute ha sido general... menos para el Rodi, que seguía acumulando pinchazos.


De nuevo en Bàlitx d'Avall hemos cruzado por en medio de las fantásticas casas y por delante de la torre de defensa que nos observaba con sus 800 años de historia y hemos subido hacia la barrera de salida, parando antes algunos a hacer una visita obligada a la Font de la Verge. Y la verge pues ya no está: en su lugar hay una especie de payesa chic con una gerra bajo el brazo.

Subida por la pista antigua de Bàlitx d'Avall hasta empalmar con la pista nueva, y luego a transitar pasando por Bàlitx d'Enmig y Bàlitx d'Adalt con explicaciones del Xisco sobre lugares de interés y caminois de la zona. Mientras me hablaba sobre la Cova des Migdia hemos llegado al cruce con el Camí Vell de Bàlitx, y por él hemos bajado hasta volver a Sóller y cerrar el círculo.

Una muy buena ruta con buen tiempo y buena gente. ¿Qué más se puede pedir? Bueno, que dentro de poco nos dejen tomar la birra de final de ruta en condiciones y no clandestinamente...




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