S'Estremera (ruta sin pinchazos).

Quedada a las 19 en Can Borreó, internacionalmente conocido como el Skate Park de Santa Maria. A destacar la presencia fugaz del Mati, que vino motorizado expresamente a repartir miel ecológica milflores y algo de su habitual buena honda que se echa de menos en las salidas veraniegas. Llegados con algo de retraso el sherpa con un kilo de Sal de Cocó bajo el brazo recogida en la última sabatina por es Cap Blanc (salut Fabi!) y el Rody, nos disponemos a partir.

Rodamos por asfalto primero por el Camí des Raiguer y luego por la carretera de Bunyola hasta llegar a Baix des Puig, por donde nos internamos con un intenso calor por los caminois de s'Estremera hasta coronarla. Caminos poco habituales en nuestras rutas y desconocidos por algunos como yo que, transcurriendo por una pista con algunas subidas donde no resulta fácil traccionar (el grip no es bueno, entendiendo grip en el sentido inglés, no el mallorquín) y después por un pinar con algún que otro tronco caído, nos deja en la subida de sa Coma den Buscante, que cada uno remonta como buenamente puede hasta el desvío de Can Picarola.

Reagrupamiento y rumores de deserción por parte de Xouanar y Eco. Los 380 metros de desnivel acumulados ya con un intenso calor hacen mella en los que por circunstancias están menos entrenados, así que nos acompañan bajando por Cas Bergantet y luego por las curvas de asfalto hasta Ca na Moragues despidiéndose en el cruce de la carretera de Bunyola con el camino de Cocons.

Los demás, descartada ya la subida por la Coma Gran para no castigar en exceso las piernas, seguimos por delante del cementerio y subiendo la Comuna por pista. Subida a ritmos muy dispares con reagrupamiento en la barrera des Comellar den Cupí donde la mayoría opta por seguir por pista, ya con fosca negra y los focos encendidos pero con una temperatura que nos da un agradable respiro.

Nuevo "reagrupamiento" (y lo pongo entrecomillado porque reagruparse creando tres grupos es raro ya de por sí...) en Cas Garriguer, donde Salinas aprovecha para recargar agua, y salimos todavía sin haber disipado la duda de cuál sería la bajada: Coanegra, más larga a priori pero que era la idea inicial; Coma den Buscante aka Caballo Muerto, que es más corta y permitirá llegar con menos retraso del que ya llevábamos acumulado al restaurante.

Y en el desvío de la pista llega el momento de decidir, esto es en el último momento. La mayoría opta por la vía corta, modificando la idea inicial de la ruta pero manteniendo el grupo; Serafín y Pinturas deciden ceñirse al plan y acabar la ruta tal y como estaba planteada. Dos razonamientos contrapuestos y legítimos pero que abren un punto discordante, que se suma al de la diferencia de ritmos en el grupo. Debate que no llegó a más puesto que la diferencia final de tiempo fue mínima y a que afortunadamente no hubo contratiempos mecánicos ni físicos en ninguno de los dos casos.

Buena bajada por sa Coma den Buscante, con precaución al inicio de la misma por la abundancia de càrritx, que se duplica con las sombras proyectadas por los focos, y bajada fantástica ya cuando la coma se abre. Reagrupamientos en el famoso portillo de salida del bosque, en el portillo con autocierre y luego en Can Picarola de nuevo, donde cerramos el círculo y nos disponemos a bajar hacia el asfalto envueltos en una densa nube de polvo.

Luego poco más: carretera y manta hasta Santa Maria, donde nos esperaban Xouanar y Eco birra en mano y con once hamburguesas Coanegra sobre la plancha en Can Chus para la cena final.

Buena ruta, buena gente y cerveza. ¿Quién da más?