"Una puta merda"

Quedada a las 7'30 en Esporles en el parking del colegio, delante de la puta merda de mural. Ante la duda durante la semana de la participación del sherpa habitual por la avería de su Orbea, la ruta la proponía Jaume con el cachondeo que ello supone por whatsapp. La intención era hacer una ruta corta pero intensa: subir Maristela por Son Ferrà, llegar hasta el geodésico para bajar la secreta, vuelta a la ermita para enganchar el Comellar de ses Puces y hacia los toboganes y Es Correu. Y tan corta fue para el sherpa de turno que no hizo falta que nadie le cambiara la ruta sobre la marcha...

Para empezar, a la hora de salir, apareció el Pibe sin casco con lo que tuvo que ir de vuelta a casa para agarrarlo; despiste que dio tiempo a Sebas a unirse al grupo a pesar de llegar tarde (como no había avisado de su venida todos le suponíamos en el mar con la barca) y al Capitán Bizum a vender el excedente de cajas de vino blanco de su cuñado. Al final llegó el Pibe y con una hora de retraso salimos hacia Es Rafal Jaume, Maxi, Pibe, Sebas, Miquel, Jose, Alex y Fabián que con la eléctrica del Rody parecía el Bowser del Mario Kart.

Atravesamos el portillo de acceso a Son Ferrà y encaramos los rampones de hormigón cada uno como puede (cagándose en su estampa la mayoría) y al llegar al cruce del Cor de Jesús aka Cristo el sherpa tiene que abandonar la ruta por rotura del buje. Una merda. Así que trata de expresarle al grupo cómo se llega a la secreta y se despide de ellos con la grata sensación de que no van a hacerle ni puto caso. Ya cuesta sacar al grupo de terreno conocido estando en la ruta, como para que se pongan a buscar un camino al que se llega pateando sin estar allí per donar creu. De esta manera y en este momento la crónica se divide en dos: una interesante que es la del grupo, y otra sin interés que es la de Jaume. Pero como Jaume es quien escribe y no estuvo con el grupo, pues habrá que incluir lo menos interesante para escribir algo.

 

Al tiempo que el grupo ascendía a Maristela, Jaume deshacía el camino hacia Son Ferrà. Para cuando el grupo había llegado al Plà de s'Ermita Vella Jaume se despedía de dos bikeros con los que había hecho ses dreceres hacia Es Rafal d'Esporles. Para cuando Jaume llegaba a s'estanc a por tabaco el grupo estaba en s'Estanc Podrit. Y mientras Jaume, ya en la furgo, pegaba el primer sorbo de birra el grupo sufría la subida hacia Sa Fita del Ram. Subida que para cuando tuvieron terminada a Jaume se le había subido la media litrona a la cabeza y se estaba aburriendo de esperar, preguntándose entre calada y calada para qué le habría pedido a Fabián la llave de la furgo de avituallamiento y si para matar el tiempo sería feo masturbarse allí dentro...

Hora y media después de haberse separado hubo reencuentro y por los pormenores que contaron la secreta queda pendiente todavía para otra ocasión. Por lo demás, a excepción de que el terreno estaba muy roto y del parche doble de Alex, nada digno de mención. Cerveza y cacahuetes a romper en el parking y cadascú a ca seva después de pasar por el Skate Park (o Parc Bit, ahora no me acuerdo...) de Santa Maria a por las botellas de vino blanco de oferta del Capitán. Qué paso cuando todos y cada uno de ellos tuvieron en su poder casi diez litros de alcohol por cabeza ya no puedo decirlo porque no lo sé. Sólo espero que estuviera caliente... y que mi caja esté a buen recaudo.

El balance final del día bastante regular. Ni el timing se cumplió ni la ruta se completó. Pero qué se le va a hacer. Otra vez será. Hi ha més díes que llangonisses y por lo menos siempre se podrá decir aquello de buena gente y buena compañía, lo que no es poco. Quizás en el fondo es lo más importante de todo esto.

PD: el título no es tanto por las sensaciones de la ruta (aunque sí las mías particulares: las averías irreparables en ruta nunca son de agrado) como un homenaje al niño del mural de Esporles. Un crack el tio.