S'Escaleta.


Encuentro en Can Borreó de Santa Maria a las 8 de la mañana para una de las clásicas de la zona, aunque con un adorno, y ya de paso para ver si quemamos los botifarrons y espinagades.

Nos congregamos ahí Fabián aka El Santo, Jaume, Salinas, Jose Pinturas, Maxi, Enric, Xouanar, Miquel, Alex y hacemos tiempo hasta que llega el rezagado Eco. Rodamos con una buena rasca dirección Alaró por el camino viejo, y llegando a Los Damunts nos desviamos para ir hacia el Camí de s'Estret.

Rodamos a buen ritmo y pronto la ropa de abrigo empieza a sobrar, así que nos la quitamos para encarar cada uno como puede la mort amb prebes, poético y acertado nombre que alguien le dio a este tramo de Strava hasta donde empieza el pateo del Pas de s'Escaleta. Pateo que muestra a las claras la desventaja de las eléctricas a la hora de portear, ya que te puedes contracturar un dedo apretando el botón walk.

Una vez reunidos todos arriba y después de ver desfilar a un enfiloi de forasters de excursión, decidimos hacer la bajada no hacia las cerezas sino directa hasta la carretera, y hete aquí el adorno de que hablaba al principio. Bajada que hacía años que el grupo no hacía (y quien escribe no había hecho nunca en sentido descendente), y bajada que ha dejado un muy buen sabor de boca que merece repetir.

Llegados a Orient y descartado el cafetet en el bar nos dirigimos a la siguiente meta volante: el Coll d'Honor. Para ello por supuesto hemos subido por las dreceres que, aunque en algunos tramos tiene unos rampones que tiran de espaldas (y si no, que le pregunten al Pinturas), son muy interesantes de ciclar.

Llegados al Coll toc subir todavía un poco más para empalmar con la bajada de Ses Clavegueres, un tramo que jamás defrauda y menos si como hoy el piso está perfecto.

Bajada hasta el torrente y toca encarar la última subida digna de mención del día, subida con muy buenas sensaciones por parte mía pero que se ha cobrado un radio (y quien sabe si una llanta) del Capitán. Reunidos todos tocan ya castañas: la siempre exigente bajada por Coanegra, que se ha cobrado por su parte un llantazo y una piñonera verga del Miquel.

Aún a pesar de la ruta exigente y de los problemas mecánicos hemos cumplido con buen timing para tomarnos las no menos importantes birras a la salud del Fabián, que tiene de santo lo mismo que de abstemio.

 Un sábado más, rutón y buen rollo. Y el sábado que viene nos vamos a Ciutat. ¿Quién da más?

Salut i pedals 🤘🏼

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