Repóker.



Quedada para la primera del año en la Vall den Marc para hacer una de aquellas rutas en que el sitio de encuentro lleva aparejada la descripción de la ruta. La intención de nuestro gran sherpa Fabián, que es como el sol (siempre está aunque a veces se levanta tarde, como hoy mismo) es hacer un Pollença - Lluc metiendo alguna sorpresa, como si de un roscón de reyes se tratara.
Subimos a buen ritmo hacia la primera barrera, comentando como viene siendo tradición lo mucho que nos recuerda ese camino a la subida del Bunyolí, bien sea porque verdaderamente así es, bien sea porque hará como tres años que no rodamos por el Bunyolí en quedada oficial y solamente tenemos un vago recuerdo de él. Sea como fuere, el buen ritmo impreso por los eléctricos Fabián, David y Xouanar es mantenido sin problemas por los musculares Jaume y Maxi, aunque este último se resiente de una reciente caída con golpe en el muslo derecho cada vez que algún tramo pedregoso obliga a meter un plus de fuerza.


Repliegue en la primera barrera, donde el intenso frío inicial ya abandonó nuestros cuerpos cebados por los excesos navideños, especialmente el de Xouanar aka El Quevedo de Cristo Rei, de quien se comenta por Inca que es capaz de cantar Motomami con dos polvorones en la boca. De esta manera, quitamos algo de ropa para afrontar el largo tramo hasta la barrera de entrada a Binifaldó. Reagrupados ahí, Fabián decide sacarse de la manga el rey del roscón: bajar por la Coma de Binifaldó hasta el área recreativa de Menut, un tramo para nosotros inusual en bajada que nos ha dejado una amplia sonrisa en el rostro pero un rictus de dolor en la de Maxi.


Tras sesión de fotos en el bonito ull de font que algún moro construyó cerca del refugio, nos acercamos a echar una ojeada al pantano para que David lo viera por primera vez. Tras esto, con la duda de si fue contruido por Franco entre fosa y fosa y con la certeza de que la primera frase de este párrafo es sintácticamente incorrecta puesto que la font es sin duda anterior al refugio; tras esto, digo, rodamos dirección a Menut y en el asfalto delante de la barrera de acceso al camí que baja a Lluc, después de recibir un sarta de feas imprecaciones por parte de su por otra parte hermano, Maxi decide abandonar. La haba del roscón para él, no por abandonar sinó por forzar a pesar de estar mal.


Con esta baja (con perdón) descendemos hasta la plaza del monasterio para tomar café acompañado de panades y cocarroi cortesía de Xouanar, que como siga con el ritmo navideño de ingerir calorías cuando vaya en bolas se acabará asemejando a un Ewok. Con esta inquietante imagen en mente y tras una foto postureo frente al monasterio con el padre carretero de Juanse de fondo, reemprendemos la marcha para remontar hacia el Coll Pelat.

Buena subida a buen ritmo aunque con algún que otro traspiés sobre las húmedas rocas, que no proporcionaban un agarre óptimo. Como tampoco óptimo para rodar es el tramo de senderito que tras el Coll Pelat te deja ya a las puertas de la embotelladora de Binifaldó, aunque siempre preferible a la pista excepto para Xouanar que optó por ella rompiendo, con toda seguridad, su propósito de no activar el modo Trail.

Una vez en Binifaldó, bajada como pija por cuantas dreceres encontramos (incluso alguna inexistente que el sherpa quiso inventarse sin éxito) hasta el punto de inicio para guardar las bicis y dirigirnos a Es Monument para las merecidas cervezas.


Un día más gran ruta e inmejorable compañía. El 2023 empieza con inmejorables sensaciones. Esperemos que el Maxi se recupere.

Salut i pedals!

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