Pollença - Lluc por Ca s'Amitger.


Quedada a las 8 de la mañana en la rotonda del gallo de Pollença para hacer la primera ruta de 2024, con permiso de la salida por la Comuna de Bunyola de la semana anterior.

 La intención del sherpa és hacer una clásica Pollença - Lluc y volver con parada en Ca s'Amitger para merendar. Elemento este que siempre provoca un efecto llamada al que hay que añadir el hecho de que Xou aka Smoke Bomb se pagaba por fin las birras adeudadas.

Así que nada, empezamos a rodar callejeando y poniendo nuestra vida en riesgo dirección prohibida para cruzar el puente romano y de ahí enlazar con el camí vell en nuestra aproximación a la subida bordeando el torrente. Llaneo que se hace muy rodador en un ambiente precioso, con una falsa sensación de abundancia hídrica que las esperadas lluvias de la última semana han dejado en el paraje.

Superado el tramo llano y habiendo constatado en el estrecho puentecito que a pesar de las fiestas todavía nadie tiene el culo más ancho que el manillar de la bici, toca subir hasta Binifaldó. Ritmo muy alto en un terreno perfecto para las 29ers hasta llegar a la primera barrera, clásica meta volante donde toca reagrupar y respirar para afrontar la subida hasta la segunda, que es el tramo más duro.

Una vez hemos llegado cerca de Binifaldó la peña ha puesto la directa para llegar cuanto antes a lo que más interesaba del día: el berenar. Así que hemos rodado a tope por el asfalto y bajado como una manada de orcos hasta el campo de fútbol.
Tocaba foto frente al santuario, nuestra especie de genuflexión en tierra santa, y en marcha hacia el restaurante. Birras, vino, frit de mè, alioli, pambolis, rebentats... seguramente hemos hecho todas y cada una de las cosas que un nutricionista desaconsejaría a un deportista, pero lo hemos disfrutado.

Ya no quedaba más que pagar y partir, lo cual no iba a ser fácil como atestiguaba el contorsionismo de Luis para pasar por debajo del aparcabicis del restaurante. Remontar hasta Binifaldó no iba a ser moco de pavo, así que directamente hemos obviado la variante de la Coma de Binifaldó para no complicarnos e ir a por la segunda gran motivación del día: la bajada hasta Pollença que por cierto no se corresponde con la foto que pongo a continuación, que es de la subida. Pero tanmateix ya lo dicen en mallorquín: no estirà tan bé es compte.
Bajadón de los buenos con un terreno que estaba en un punto estupendo de humedad para un agarre óptimo y, por tanto, disfrutar como niños por un encinar que siempre resulta espectacular por lo bonito que es.

Llegada al Vall den Marc y con el ritmo cervecero hemos llegado a los coches para el resopón bebiéndonos las birras cortesía del cumpleañero Xouanar. Molts d'anys i bons, Joan!

Salut i pedals! 🤘🏼

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