Volta al Puig Major.

Quedada a las 8 de la mañana en el acueducto de sa Font Major, con el madrugón que eso implica y con numerosas bajas causadas por infortunios varios, seguramente por aplicar demasiada fantasía a la hora de darle a la manivela. El semiconfinamiento y el aburrimiento ya pasan factura...

Así que una vez reunidos y envueltos en una importante rasca indicadora de que a pesar de todo todavía estamos en Febrero, iniciamos el corto carreteo hacia el Coll de Cals Reis con más dudas que certezas sobre buena parte del recorrido.

Bicipateo mediante subimos desde la base del (frustrado) funicular por el Porxo Esbucat hasta la barrera del Bini Gran. Por entonces el frío ya nos había abandonado y disfrutamos de unas vistas perfectas sobre estos parajes que pocas veces divisamos, con la torre de Sa Calobra (o des bosc) majestuosa más allá de los Clots de l'Infern y del Torrent de Pareis. Paisaje agreste de cojones lleno de pedrolos, càrritx y esparragueras antiflow.

Pasada dicha barrera seguimos por el Camí des Cingles a los pies del Morro den Pelut y el Penyal des Migdia que se alzan imponentes con sus más de 1300 metros de altura, escuderos de los 1462 del Puig Major. Por el camino, antes de llegar al Coll des Cards Colers y de que Rody nos oficiase una misa en el altar de sacrificar excursionistas en honor al terrateniente, nos hemos topado con l'amo. Después de una charla nos ha dejado pasar, dejando claro que está hasta los mismísimos de domingueros. Y es que la masificación va en aumento y claro, el porcentaje de capdefaves que dejan barreras abiertas, pintarrajean fites con spray y pasean perros va en aumento también. Y esto, a la larga, tiene mala pinta...

Llegados a la carretera hemos cruzado el túnel de Monnáber (que tiene un pulsador para bicis 😳) y a la salida hemos girado inmediatamente a la derecha para pasar un botador. Ahí siguiendo la rejilla hemos transitado el camino de la Coma de Son Torrella y lo hemos disfrutado de lo lindo: llano y con un paisaje que tira de espaldas, ¿verdad Rody?

Mientras la niebla se levantaba y hacía del todo inútil proponer visitar el Portell de sa Costa, el Fabián consultaba su GPS: un papel garabateado con boli BIC Cristal en el que había plasmado, con todo lujo de detalles y toponimia, las indicaciones del tio Pepe de los Maifren. En resumen y consultado a posteriori, lo que indicaba el mapa del tesoro es que debíamos atravesar el Pas de s'Encletxa para llegar a la trialera de la Creu de l'Ofre.

Desgraciadamente en el mapa no aparecía marcado el pedrolo con el que quien escribe ha doblado la patilla de cambio (¿o debería decir la patilla de la patilla de cambio?), lo que nos ha hecho perder unos minutos de más. Afortunadamente con la pericia del Xou y la fuerza del Mati se ha resuelto, mientras los demás hacían el mono.
Bajada rápida hasta el embalse, que está verdaderamente bajo (y eso que este verano los europeos civilizados el norte no han venido a cagar a la isla) y lo rodeamos buscando llegar a la carretera cerca de la Font des Noguer.
Ahí ha habido una escisión: unos han decidido volver por carretera para acortar la ruta por no alargar el timing y otros han subido dirección a la base militar para terminar con el plan previsto: volver al punto de inicio por el Puig de Ses Vinyes por un enlace no marcado en los mapas Alpina.

Y nada más, y nada menos. Otro sábado de MTB con caminos nuevos y buen rollo. ¿Quién da más?

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