Esporleando.

Quedada a las 8 en el parking de la Granja d'Esporles convocados por el biker residente Bruno, que nos tenía preparada una buena aún a pesar de haber reducido las pretensiones iniciales que hablaban de 1600 mts. de desnivel positivo. 😱
Saludos y abrazos sin mariconeo y empezamos la ruta remontando por asfalto en dirección a Valldemossa, aunque con el objetivo no de ir a comprar coques de patata sinó de torcer por el desvío que ya por tierra nos sube hasta Nova Valldemossa. Desvío donde quien escribe y otros que los viernes no cumplen con sus deberes han aprovechado para hinchar los neumáticos.
Remontado el sendero y reagrupados todos, mientras el Xisco estaba de safari fotográfico por las ruinas del chalet ilegal el sherpa ha dado la noticia: se pasa a los watios. Más por poder dar cruz al personal mientras rueda que por dejar de sufrir, suponemos... pero bueno, uno no sabe si alegrarse o darle el pésame.
Bajada divertida por el Plà de ses Piotes (aka Árbol Caído), donde tiempo atrás perdimos al Maxi, y llegados abajo toca volver a la urbanización fantasma. En este momento se ha constatado el primer problema para el Kuku: su cambio no andaba fino y amenazaba con empeorar. Momentáneamente se ha solventado el problema y hemos llegado sin más de nuevo al chalet, para bajar ahora la Pincho (o tramo Kapax) hasta Mirant de Mar. Bajada rápida y limpia que empalma con la bajada del Árbol Caído hasta la carretera del Port des Canonge; y luego por un atajo hasta la de Banyalbufar, donde hemos parado para berenar mientras veíamos algunos de los coches del Rally de Ponent.

Después de haber comido algo y de un párrafo demasiado largo, hemos ido directos hacia el plato fuerte del día: subir al Moletó de sa Granja por el Comellar de Ses Rotasses. Para ello hemos tomado el camino que lleva a Son Sanutges para desviarnos a los 100 metros a mano izquierda y subir hasta el Correu. Y subir y subir por un terreno ciclable casi al 100% aunque para ello hay que estar fino de forma y en ese sentido no era el día para quien escribe.

Llegados arriba ya no quedaba más que bajar por donde hemos subido (el Kuku sin cambio ni cadena, por cierto). Una bajada rápida, limpia y divertida opuesta completamente a la de Ses Figueroles de la semana pasada. Bajada que desde el Correu hemos emplamado con Sa Cimentera, para más flow y diversión...
Llegados a la carretera todos con una sonrisa de oreja a oreja. Bueno, todos menos el Kuku: su riñonera con el móvil, la cartera y las llaves del coche se encontraba 600 metros más arriba. De manera que el Bruno ha vuelto a subir a por ella mientras los demás íbamos a las furgos a por las cervezas y pa amb sobrassada cohenta de Can Xisco des aluminis.
Una vez más buen día, buena ruta y buena gente. ¿Quién da más?


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