Bunyolí con toque de queda.

Estreno de la temporada de nocturnas por Palma. Quedada a las 19 en el cementerio de La Vileta, al que muchos accedemos ignorando una premonitoria señal de dirección prohibida colocada para delimitar un área peatonal entre La Vileta misma y Son Rapinya para que los locales salgan a pasear sus mascarillas. Por cierto, ni un triste perro paseando con su dueño cuando semanas atrás no paraban quietos, los pobres. Parece que en esto y en otras muchas cosas la normalidad ya está aquí...


A las 19 estaban allí el Salinas, los hermanos Maty y Sebas Antonino, Eco, Jaume y un bostezante Capitán Arreza, que no tenía el día. Los demás llegaron a goteo, hasta que a las 19'20 ya estaban también Fabián, Maxi, Luis, Toni 🔌, Álex, Miquel, Xouanar y Rody, que llevaba un buen tiempo sin rodar. Foto de rigor de TODOS con la camiseta azul un año después de estrenarlas y para arriba sin perder más tiempo. La cena será en Es Muntant y a las 23 nos han avisado de que se cierra el restaurante.

La temperatura es perfecta y la pendiente subiendo hacia el Coll de Son Marill no nos hace sudar en exceso al principio. A medida que la ruta avanza la cosa es diferente... la pendiente y los tramos muy técnicos en subida se le atraviesan a más de uno. Y el hecho de ser todo un pelotón pues tampoco ayuda a encontrar espacios por donde subir en determinados momentos. Recorremos un buen trozo del Camí Vell de Puigpunyent hasta desviarnos a la derecha.

Una vez superada la primera subida del día toca la bajada hacia la carretera de Puigpunyent a Establiments. Un tramo muy divertido y estrecho, por bien que algo sucio de ramas. Antes de llegar a la carretera giramos a la derecha en dirección al Puig de Ses Gatoves para remontar un trecho y hacer una segunda bajada por una pista dentro de Son Riera, ahora ya sí hasta la carretera en cuestión. Carretera donde coincidió con nosotros un hombre que haciendo aspavientos nos dio a entender que el camino era privado, aunque en verdad en ningún momento había ningún cartel, ni rejilla, ni pared y de verdad lo ignorábamos... aunque fuese fácil de intuir.
Cuánto deseo en esa mirada...


Tramo corto de asfalto dirección Establiments para desviarnos a la izquierda hacia Bunyolí. Archiconocida subida por la pista hasta la cadena sin más novedad que la limpieza de pinos que se está llevando a cabo en la finca, imaginamos que para recuperar cultivos ancestrales de olivos y algarrobos que ahora emergen por entre marjades antes ocultas en la espesura del pinar.

Una vez reagrupados arriba y equipados con protecciones, encendemos focos y para abajo por el DH, encadenando los dos tramos. Un descenso rápido, limpio, divertido. Una gozada que nos dejó con un fantástico sabor de boca... y con el tiempo más que justo para llegar al restaurante y poder cenar con calma. Así las cosas, llegados al asfalto decidimos dividirnos: unos hacia el restaurante a pedir 15 hamburguesas y los demás hacia los coches por el camino más corto. Camino que no todos atinamos, y fuimos a fer una puta voltera por Can Valero y Son Moix para retornar al cementerio de La Vileta.

La cena y las cervezas perfectas en un restaurante con una terraza abarrotada, como casi todos los que pudimos ver de camino. Y el toque de queda de las 23 al final se convirtió en las 00'30, y la cosa seguía todavía. Y es que si bien parece que no estemos en la nueva normalidad, sí hemos vuelto a la vieja y la gente piensa ya más bien poco en el bicho que hasta hace nada nos tenía secuestrados en casa.

Buena ruta, buena gente, buena cena. ¿Qué más se puede pedir?

Comentarios

  1. Cómo no podía se de otra manera,un exelente relato Profe....!!!!👏👏👏👏👍🚵🚵

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  2. Jaume se te olvidó que nos tuvisteis parado 20 min con el freno de tu bici espectacular la descripción de una buena nocturna

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