Calentando motores.

Tras un laaargo parón cronístico en el que el grupo se ha ido progresivamente reajustando (pasándose a los vatios, vamos) aquí volvemos con las crónicas semanales. Espero que de forma regular, aunque antes hay unos sacrosantos fideus des vermar por en medio que nos cambian el paso. De momento tocaba despedir la temporada estival y los tardeos con cena.

Quedada a las 18 enfrente de los viveros Edén de Establiments para hacer una ruta propuesta del Capitán Pinturas. Reencuentros varios, saludos y vamos al lío rodando por asfalto un tramo corto. Todos conocemos al Pinturas y sus rutas, y aunque este es muy celoso de sus trazadas y no quiere comentar de antemano cual será el itinerario, el destino le cambia los planes al intentar cruzar la pared de la cantera, pues han  puesto una rejilla que impide el paso que nuestro sherpín quería tomar. Volvemos sobre nuestros pasos para enlazar por arriba de la cantera hacia la otra parte. El terreno está muy roto por estos lares, lo que será una constante en nuestro periplo por el Puig des Revells y aledaños del Coll de Son Marill, por donde quien escribe hacía lo menos 8 años que no circulaba y no recuerda ni un solo nombre de camino o lugar, si es que en algún momento lo supo. Y la toponimia de Strava no ayuda mucho a salir de dudas: Calzada romana (sic), rampa cemento, solo cemento, rampa larga desde la casa derruida o champinyon no parecen topónimos muy fiables, la verdad, así que no pongo nombres y me quedo tan ancho. Total, es Palma y ya está.

Ruta endurera y trialera tanto en las bajadas como el las subidas de la  que uno extrae dos aprendizajes básicos: uno que todo modo que no sea el Turbo no sirve de nada; y dos que puedo quitar la tija pija y dejar el sillín fijo en la parte baja. Con esto en mente fuimos hacia Es Muntant para celebrar el fin del verano con una hamburguesa y, como no, mucha cerveza y agua con gas.

La nueva temporada ciclística está a punto de empezar y seguro que la vamos a disfrutar. Larga vida a los BaixFort.