Punto y aparte.



Salida por la Serra de na Burguesa para constatar lo que era ya un secreto a voces tras el viaje a los Pirineos y la comida/partusa del sábado pasado: la temporada regular 22-23 ha tocado a su fin.



Quedamos a las 8 en el aparcamiento de Amadip en Palmanova y empezamos a rodar por carretera/acera hasta bien llegados a Cas Català por donde ascendemos por el Carrer de Calvià buscando el paso bajo la autopista. Ya en este punto quien escribe notaba que a nivel personal no iba a ser un día muy bueno en lo ciclístico, y el rampón infernal que hay que patear ha acabado por confirmarlo: estaba hecho verga.



La subida por la Mamut es normalmente exigente si lo que uno quiere es meterle ritmo, pero perfectamente asequible a ritmo tranquilo. Sin embargo, si a la pendiente uno le añade el calor a pleno sol y el canto de las cigarras la cosa se complica, sobre todo para los musculares, más tristes hoy que nunca. El ascenso ha sido largo y apestoso y quien escribe ha necesitado un remonte por parte de Grúas Tugores hasta la barrera. Ahí hemos reagrupado a la sombra y con una agradable brisa inexistente en la vertiente sur, y hemos decidido acabar la ruta por la vía directa.








Hemos cresteado hasta la torre del forestal para la foto de rigor y para equiparnos con las protecciones para encarar la larga y pedregosa trialera de bajada hasta la carretera de Calvià. La bajada tiene muchísima piedra suelta que añade incluso más complicaciones a la hora de encontrar una trazada limpia en un sendero por otra parte divertidísimo aquellos días en los que uno consigue encontrar el flow en medio de un mar de piedras. No ha sido el caso de Xouanar hoy, quien ha rebentado su cubierta trasera abriendo una raja de unos 4 mm que se resistía a sellar aún a pesar de meter un churro grande primero, uno pequeño después y churritos de churro (¿metachurritos?) para acabar. Toca gastarse unos mangos para cambiar la cubierta, o una gamba si tienen que ser las dos; poca cosa si tenemos en cuenta que las bicis cuestan varios lucas, por otra parte. Un deporte sin duda caro para aquellos que no disponemos de palos en el banco...


Llegados finalmente todos sanos y salvos al asfalto, nos dejamos llevar cuesta abajo hasta los coches y luego rodamos hasta el bar para unas refrescantes cervezas que han sabido hoy a gloria bendita y que han inaugurado el esquema mental veraniego BaixFort: alguna salida costera de sábado o corta y alguna nocturna con o sin final feliz para aquel que le apetezca. Y es que la disciplina no es para el verano...


Salut, pedals i anau per s'ombra!

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