A mal tiempo... un bon berenar.

Quedada a las 8 de la mañana en Can Borreó, o Skate Park de Santa Maria para los foratsers. La previsión metereológica, nefasta: viento, agua y frío para todo el día. Ni los perros de la urbanización estaban fuera. Pero aún así los BaixFort no faltamos a nuestra cita semanal, menos aún con el aliciente del triple aniversario del Capitán Pinturas. No porque le queramos (que también) sinó porque sabemos que se porta a la hora de invitar.

A las 8 en Santa Maria hacía, como era de esperar, un tiempo de perros. Tras la llegada tardía del Miquel (llonguet tenia que ser...) hemos decidido por unanimidad variar la ruta para evitar el torrente de Coanegra. Así que furgos en marcha y nos trasladamos al cementerio de Bunyola. A medio camino el trasnochado Serafín llama al Capi diciéndole que ha salido rodando de casa (what the fuck?) y que en Santa Maria no hay nadie... así que el Luis va a recogerlo. Y cuando por fin ya sí todos estamos en Bunyola equipados y con las bicis a punto, empezamos la ruta. Ruta clásica y sin misterios para cumplir el expediente y tener una excusa para poder chupar luego.

Enfilamos por pista a buen ritmo hasta la barrera del Comellar den Cupí, y seguimos subiendo hasta pasar el cruce del Penyal d'Honor y llegar al desvío de la Cabra.

Bajada por la pista y la drecera del Salt den Panxeta hasta Cas Garriguer. Y desde Cas Garriguer, bajada por sa Coma Gran sin más historias que llantazo del Luís, quien afortunadamente lleva una nube en la rueda trasera y una caída del Xisco, afortunadamente sin mayores consecuencias que un ligero golpe en el costado. Golpe que no le ha impedido empinar el codo de lo lindo.

Y es que nos esperaba un tentempié de calidad: coques de prebes torrats, de trampó, sobrassada de porc negre, botifarrons con pinyons... y todo regado con Perlembachers y vino tinto de calidad en copas de cristal. Y es que el Capi, cuando se trata de las cosas del comer, no se anda con medias tintas: se trae hasta la mesa. Molts d'anys por partida triple, Jose!

Una vez más y a pesar del tiempo, buena ruta y buena gente. Qué más se puede pedir?